Blue Monday – ¿triste o azul?Blue Monday – ¿triste o azul?Blue Monday – ¿triste o azul?

Blue Monday – ¿triste o azul?


      Cuando esta mañana sonó el despertador a las 05.00 a.m, yo no tenía ni idea de que hace unos años a alguien se le había ocurrido ponerle una etiqueta publicitaria a este tercer lunes del mes de enero.

«Blue Monday»

     Y es que, según una fórmula matemática (desarrollada por el doctor Cliff Arnall, psicólogo de la Universidad de Cardiff) cuyas variables son tan extrañas como el tiempo climático, el tiempo pasado desde Navidad o el tiempo desde que fracasan nuestros propósitos de año nuevo, hoy ha sido el día más deprimente del año. ¿Y cuál es la mejor forma de combatir ese pesar? Pues haciendo las maletas y yéndote de viaje. O, por lo menos, eso es lo que nos dice la agencia de comunicación que se inventó el concepto allá por el año 2005.

     Así que sin saberlo, mi tercer lunes del mes de enero había dado comienzo haciendo honor al estudio americano. ¿A tí te gustaría empezar la semana madrugando a una hora innombrable, salir a la calle con un frío que pela y, sin apenas haber desayunado, dirigirte al aeropuerto sabiendo que pasarán muchas, muchas horas hasta que puedas regresar a tu casa? A mí no, desde luego.

     Para colmo, la llegada a mi destino tampoco fue demasiado halagüeña. Me recibió un viento helado acompañado de lluvia, granizo intermitente, y un cielo gris opaco de lo más tristón. Incluso, en algún momento, la contundencia de las gotas al chocar contra el cristal nos impidió ver el exterior de la cafetería en la que, mis compañeros y yo, tomábamos café para entrar en calor mientras llegaba la hora de la reunión. Fue allí donde uno de ellos nos habló del enésimo palabro inventado por los americanos para potenciar el mercado de consumo. El Blue Monday, o dicho de otro modo, «date un capricho para superar el bajón».

     ¡Y eso hicimos! Visto en perspectiva, creo que aquel mensaje se quedó grabado en nuestras cabecitas y cuando, a la hora de comer salió el sol, fue como una invitación a disfrutar del encanto de la bella ciudad en la que nos encontrábamos: A Coruña. A partir de ese momento cambió mi día radicalmente. Llené mis pulmones de aire fresco y limpio, hice oídos sordos al frío y al cansancio, y dejé que una sonrisa eclipsara las horribles ojeras que ni el maquillaje mañanero había podido ocultar.

     Y así, a pesar del poco tiempo del que disponía, os aseguro que he disfrutado como una niña paseando por el centro y, aunque desafortunadamente estaba cerrado el restaurante en el que íbamos a comer, me llevo dos tesoros a Madrid: una foto para el recuerdo y una historia que no olvidaré. La de María Pita, heroína de la defensa de A Coruña del ataque de la flota inglesa liderada por Francis Drake en 1589.

Ditar en plaza María Pita

     Amigas y amigos coruñeses, afortunados sois por poder deleitaros a diario con estos edificios engalanados con tiaras cristalinas que abren su corazón a los preciados rayos de sol, pero sobre todo, por vivir rodeados de esa maravilla de la naturaleza que es vuestro mar. Gracias por transformar un día taciturno en un momento de ilusión para el recuerdo.

     A partir de ahora, el Blue Monday no será para mí un «lunes triste», sino un «lunes azul», como el color de las olas de la Playa de Riazor en Enero.

Plaza A Coruña 3

 

 

 

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Ditar de Luna

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Escritora de novela romántica gótica actual

La Maldición de los Luján

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