Albalut (Granada), 1898 El día amaneció tan negro y desolado como el corazón de la vieja que vivía en la oscuridad de las cuevas. Solo el odio anidaba en su interior. Solo la desesperación teñía cada gota de su sangre. Solo un pensamiento le daba fuerzas para seguir viviendo: venganza. Pero, ahora, su momento había